Un control básico en las empresas es el manejo del Flujo de Efectivo, como una medida de control administrativo establecida para conocer el origen de los diversos ingresos captados, comparados contra las erogaciones que realizamos para el destino de los mismos y la eficiencia en el cuidado y administración de los remanentes; así como las distintas formas como la empresa obtiene ingresos extraordinarios, requeridos para proveerse de los recursos indispensables para solventar los compromisos contraídos y evitar poner en riesgo el negocio en marcha, que en situaciones extremas implica cerrar la empresa.
Nos estamos refiriendo al Flujo de Efectivo Operativo, como un control indispensable en la situación económica actual.
Cuando se habla de control interno en Tesorería, es imperativo pensar en el Flujo de Efectivo Operativo, pero en la actualidad tiene tal relevancia, que de su eficiente manejo depende la continuidad de muchas empresas.
Lo primero que tenemos que hacer es realizar un presupuesto, a muy corto plazo que puede ser de uno a tres meses del pronóstico de flujo de efectivo, tanto de los ingresos a recibir como de los pagos o egresos a realizar, siendo lo más objetivo posibles y considerando los ingresos que de acuerdo a la situación actual vamos a captar, tratando de ser lo más apegados a la realidad; por otro lado, determinar los egresos básicos indispensables, eliminando o postergando los costos y gastos que no son necesarios dada en las condiciones actuales y procurando minimizar los riesgos de ineficiencias, precisamente para fomentar una eficacia y economía operativas.
El presupuesto del Flujo de efectivo debe ser comparado cada mes contra las cifras reales, para poder detectar las variaciones y hacer los ajustes necesarios de manera que nos sirva como mecanismo de control.
La situación económica que vivimos, no le ha tocado por igual a todas las empresas, sin embargo, gran parte de ellas han incurrido en problemas de liquidez y es por esto que necesitan organizarse previamente para destinar los escasos recursos recibidos, hacia los rubros que estrictamente lo requieran, como son: las compras de bienes y contratación de servicios prioritarios, los pagos de nómina e impuestos, procurando recortar los gastos a los estrictamente indispensables.
Una estrecha coordinación de las áreas involucradas (Ventas, Administración, Operación, Distribución, Tesorería, etc.) es necesaria para poder determinar cuáles son las áreas prioritarias y sus niveles óptimos de operación con eficiencia.
De ser necesario requerirán obtener financiamiento, para lo cual hay que realizar una adecuada planeación, procurando comprometer no más del cincuenta por ciento de la utilidad de operación que efectivamente puedan generar y poner mucho énfasis en la cobranza, considerando que muchos de nuestros clientes también pueden incurrir en situaciones similares por lo que hay que ser muy selectivos en el otorgamiento de crédito, para asegurarnos de la recuperación de las ventas realizadas.
Es importante considerar que, para mantener el negocio en marcha, tenemos que ser austeros y no destinar recursos en proyectos mal estructurados, sin la planeación detallada o poco analizados, tratando de minimizar al máximo los riesgos de fracaso y considerando escenarios poco optimistas.
Algo importante a considerar es que no es momento de dejar de invertir, sino de invertir en productos, servicios y proyectos rentables y cuyos giros sean demandados en la actualidad considerando las nuevas formas de hacer negocios y de comercializar los productos. Es muy probable que no regresemos al escenario anterior, por lo que tenemos que adecuarnos, posiblemente volver a iniciar con premisas nuevas y reinventarnos.
El punto positivo de esta pandemia es precisamente que nos ha obligado a cuidar la captación de los recursos y el destino de los mismos, lo cual es una actividad que en condiciones económicas normales no siempre le dábamos el cuidado que requería. La conciliación diaria del flujo de efectivo y la planeación del destino de los recursos y manejo de los excedentes, son actividades prioritarias en las condiciones actuales.
EN CONCLUSIÓN:
Las empresas exitosas no lo son por no haber pasado momentos difíciles, o no haber fracasado por haber tomado malas decisiones, sino porque sus aciertos superaron a sus errores y las caídas les han servido para corregir y muchas veces para reinventarse.
Qué la situación actual nos sirva para tomar impulso y si es necesario, cambiar el giro de lo que hacemos, aprendamos a buscar las oportunidades en los tiempos adversos, utilicemos el flujo de efectivo operativo como una excelente herramienta para el control de nuestros recursos económicos, tenemos mucho por hacer, siempre es tiempo de aprender e implementar las buenas prácticas.
M.A. Carlos Alberto Pereira Palomo, marzo 2021
Miembro de la comisión empresarial de CCPY